La Policía sueca investiga las posibles conexiones del terrorista


Policía sueca investiga las posibles conexiones del terrorista suicida que el pasado sábado se inmoló en el centro de Estocolmo y que planeaba una masacre como castigo por la presencia militar de Suecia en Afganistán.

Los servicios de inteligencia suecos (Saepo) sospechan que el terrorista contó con apoyo para preparar la operación, aunque admitieron que no hay sospechosos concretos ni pruebas que vinculen el atentado con grupos terroristas internacionales.

"Parece que el autor del delito estaba solo en el momento del acto. Pero la experiencia nos dice que suele haber más personas envueltas en situaciones así. Suponemos que ha contado con colaboradores de algún tipo", afirmó en una rueda de prensa en Estocolmo Tomas Lindstrand, fiscal jefe de la investigación.

Agentes policiales registraron pisos de familiares del individuo en Tranås (sur de Suecia), y en Estocolmo, mientras Scotland Yard hizo lo mismo en la vivienda de Luton (Inglaterra) donde residía el joven con su mujer y sus hijos.

Por el momento, no ha trascendido que en ninguno de estos registros las fuerzas de seguridad se hayan incautado de material explosivo, ni que hayan practicado detenciones.

Las autoridades suecas creen saber al "98 por ciento" quién es el individuo, aunque sólo han confirmado algunos datos: que nació en 1981 en un país de Oriente Medio, que era ciudadano sueco desde 1992 y que vivió varios años en Suecia y Reino Unido.

También que era "completamente desconocido" para los servicios de inteligencia suecos; que, como se sospechaba, era el dueño del coche que explotó minutos antes en el centro de Estocolmo, y que fue él quien envió antes, desde su teléfono móvil, un correo electrónico con un archivo de sonido amenazando a Suecia.

Además de criticar la presencia militar en Afganistán, denunciaba el "silencio" frente al dibujante sueco Lars Vilks, famoso por retratar a Mahoma como un perro en 2007 y que está en el punto de mira de varios grupos terroristas desde entonces.

Vilks participó hoy en una reunión de artistas en Lund, al sur de Suecia, protegido por un amplio dispositivo policial.

Además de sospechar que tuvo ayuda, el Saepo cree probable que quería provocar una masacre, de ahí que llevara un cinturón-bomba, además de otra bomba y una olla a presión en su mochila.

"Es una conjetura razonable suponer que cometió algún error que hizo que fueran accionadas una parte de las bombas y que causaran su muerte", explicó Lindstrand, quien horas después dejó de forma sorprendente el mando de la investigación a su colega, la vicefiscal jefe Agneta Hilding Qvarnström, por "exceso de trabajo".

Aunque se desconoce el supuesto lugar del potencial atentado, se especula con que podría tratarse de la estación central de Estocolmo o del centro comercial Aahléns, ambos situados cerca de donde se produjeron las explosiones hace dos días.

Primero explotó el coche, hiriendo de levedad a dos personas; y luego, a unos cientos de metros, se produjo una segunda explosión, en la que falleció el individuo, que según el tabloide "Expressen" trabajaba de hombre-anuncio en la zona.

Los tabloides suecos han aportado muchos más datos sobre el suicida, no confirmados por la policía: que se llamaba Taimour Abdulwahab y que vino de Irak con su familia a Tranås, localidad en la que residió hasta que se fue a estudiar Fisioterapia a Luton, donde entró en contacto con círculos fundamentalistas islámicos.

Abdulwahab, que colgaba en su página de Facebook banderas de la red terrorista Al Qaida y vídeos de mártires, regresó a Tranås recientemente y se compró hace un mes el coche que explosionó el pasado sábado en el centro de Estocolmo.

Las autoridades suecas reiteraron que no hay motivos para la intranquilidad y rechazaron aumentar el nivel de amenaza terrorista, elevado a grado tres en una escala de cinco hace dos meses.

La Policía Nacional informó no obstante de que se ha reforzado la presencia policial en calles y plazas de todo el país.

También prudente se siguió mostrando el primer ministro, Fredrik Reinfeldt, quien reiteró de nuevo su petición de que no se saquen "conclusiones precipitadas" y reclamó paciencia para la investigación.

Reinfeldt insistió también en que es él quien informa a la población en nombre del Gobierno, dejando traslucir su descontento con el ministro de Asuntos Exteriores, Carl Bildt.

Bildt ya había colgado ayer en la red social "Twitter" y en su blog su condena del "acto terrorista", horas antes de que la policía lo calificara como tal y de que el propio Reinfeldt expusiera la posición del Gobierno. alc/jpm/si

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