Japón siguió los pasos de Estados Unidos e impuso el viernes sanciones más duras a Irán por su disputado programa nuclear, en la campaña para presionar a Teherán pese a la dependencia de Tokio de las importaciones de petróleo desde ese país.
Las nuevas medidas, que van más allá de los requisitos que figuran en una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, incluyen restricciones como la prohibición de actividades con bancos iraníes específicos que puedan contribuir a actividades nucleares, lo que afectaría a algunos bancos japoneses.
También se detienen las nuevas inversiones ligadas al sector energético al impedir los compromisos de crédito a largo y medio plazo para el comercio con Irán.
Pero el Gobierno nipón no impuso restricciones a las importaciones de petróleo desde Irán, el cuarto productor más grande de crudo de Japón después de Arabia Saudita, los Emiratos Arabes Unidos y Qatar.
En el 2009, Japón obtuvo cerca del 10 por ciento de su crudo desde Irán, al que impportó unos 421.000 barriles de petróleo por día (bpd).
"Tomamos esas medidas ya que son necesarias para impulsar la no proliferación nuclear y prevenir su desarrollo nuclear", dijo en una rueda de prensa el secretario en jefe del gabinete, Yoshito Sengoku.
"Tenemos relaciones tradicionalmente cercanas con Irán y, desde ese punto de vista, instaremos pacientemente al país hacia una solución pacífica y diplomática", agregó.
Japón valora sus relaciones con Irán, que tiene una posición tradicionalmente amistosa hacia Tokio, pero ha exhortado a Teherán a que responda los llamados globales a suspender sus actividades de enriquecimiento nuclear y que regrese a la mesa de negociación.
Estados Unidos y otras potencias occidentales temen que el trabajo nuclear de Irán tenga como objetivo la fabricación de una bomba, una acusación que Teherán rechaza.
Bajo las nuevas medidas, Japón prohibirá el suministro de servicios de aseguración/reaseguración a Irán, duplicaría los objetivos de congelación de activos y llamará a las firmas vinculadas a petróleo y gas a ejercer la diligencia debida respecto a sus nuevos proyectos.
Japón aprobó sanciones contra Irán a comienzos de agosto en línea con la resolución 1929 del Consejo de Seguridad, pero funcionarios estadounidenses instaron a Tokio a seguir los pasos de la Unión Europea y adoptar medidas más severas.
agencias
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