Los rumores se confirman y según revelan medios estadounidenses Steve Ballmer no “volverá a comerse el turrón” como responsable ejecutivo de Microsoft. El fiasco de Vista, el descenso de cuota de mercado de Internet Explorer, la pérdida de presencia de Windows Mobile o la incapacidad para crear valor al accionista pasan factura a Ballmer.
Bill Gates, actualmente relegado como presidente de honor de la primera compañía mundial de software, retomará en breve las riendas de la compañía que fundara en 1975 junto a Paul Allen.
Gates, abandonará sus funciones en la organización filantrópica que preside junto a su esposa Melinda para volver a dirigir el imperio a tiempo completo. Bill Gates seguiría el ejemplo de su eterno rival Steve Jobs, que regresó en su día como CEO a Apple logrando resucitar una manzana podrida y envenenada a finales de los 90.
Los analistas financieros esperan un subidón del valor de las acciones de Microsoft cuando esta tarde abra Wall Street. Lo que no ha conseguido Ballmer en diez años, lo conseguirá Gates en un día.
La decisión de sustituir a Ballmer al frente de Microsoft fue tomada por unanimidad en una reunión extraordinaria del consejo de administración tras la comida navideña celebrada en la sede principal de la compañía.
Sólo para sus clientes de pago, cuenta en exclusiva el semanal The Wal Stret Gournal que más de un ejecutivo de Microsoft celebró la defenestración de Ballmer. Como en el campus de Redmond -donde trabajan 45.000 personas para la compañía- está prohibido fumar, las bebidas alcohólicas y los actos sexuales que conlleven intercambio de fluidos, un buen número de ellos terminaron dándose un bañito a modo de celebración en el lago “Bill” situado en el complejo de la compañía en Seattle.
No se conoce el nuevo destino de Steve Anthony Ballmer, en nómina de Microsoft desde 1980. El gobierno Obama puede estar tranquilo, no se prevé que ingrese en las listas del paro, ya que Forbes le asigna una fortuna personal valorada en 11.000 millones de dólares.
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