Está bien, no es nudista por completo, pero de que enseñó, enseñó.
Eran los últimos minutos del juego de ida de la final del Apertura 2010 que se jugaba en el Estadio Corona de la Laguna, era territorio Santos, y se jugaba con el marcador más apretado: un 2-2 muy disputado.
Las aficiones de la final norteña hervían, hervían hasta algo explotó. De pronto, la atención que había estado sobre el terreno de juego se volvió hacia las pantallas del estadio para centrar la atención en lo que ponía un desempate en el duelo de aficiones.
Ahí estaba ella: La más decidida aficionada santera zanjaba la disputa levantándose la blusa y enseñando su gran personalidad. La más grande tal vez de todo el estadio.
Alguien decidió sacarla de la tribuna y ella accedió, pero recorrió el camino con más orgullo, enseñando, una y otra vez, el gran busto que conoció todo México a través de las cámaras del estadio y de la televisión nacional.
agencias
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