La existencia de los delfines rosados del Amazonas está siendo amenazada por los pescadores que los matan para utilizar su carne como cebo. Se cree que 1.500 delfines son asesinados cada año en la Amazonía occidental para sostener un lucrativo comercio de bagre.
Vera da Silva, experta en mamíferos acuáticos del Instituto Nacional de Investigación Amazónica, lidera un grupo científico que ha estado estudiando una superficie de 27.000 hectáreas durante 17 años, y han descubierto que en la última década la población de estos delfines ha disminuido un siete por ciento cada año.
Los delfines, que pueden ser de 2,5 metros de largo y pesar lo mismo que un hombre adulto, son los más grandes de cuatro especies conocidas en América del Sur y Asia. La causa de su color rosado se debate, algunos científicos dicen que se debe a los vasos sanguíneos que están cerca de la piel.
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